jueves, 13 de septiembre de 2012

¡Cuánto he extrañada en este largo viaje que he ralizado de Roma a Éfeso desde donde volví a Roma esta lectura de la ciencia tomásica en la SUMA TEOLÓGICA! Como un cuerpo no podría andar sin los huesos así sin lo que hemos ido repasando de la Suma de Santo Tomás. Cierto que yo lo he visto estampado en mármol desde Roma a Venecia. Cierto que el hálito del mar de Homero me llevó a la tierra donde vivió e hizo su Ascensión la Virgen María y que traté de sentir el Apocalipsis cerca de Patmos y la Epístola a los Efesios en Éfeso. Pero heme aquí de nuevo inmerso en la más pequeña de las virtudes y puerta angosta para entrar en el camino estrecho de ellas.
Doy las gracias de estar en el camino por donde el Buen Pastor me conduce. Y respiro

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