martes, 13 de agosto de 2013

LA PROFECÍA CRECE EN LO MISMO

Cuestiona si Moisés fue el más excelente entre los profetas. Y efectivamente es quien ha visto cara a cara a Dios he hizo milagros grandiosos.
La profecía más alta consiste en la visión intelectual y él tuvo esto: "el Señor le hablaba cara a cara como suele un hombre hablar con su amigo" Ex, 33,11.
En denunciar de parte de Dios fue máximo: dio la ley.
En el milagro hizo los portentos de Egipto representando a todo el pueblo.
Es cierto que se dice de Juan el Bautista ser el más grande por contemplar al Verbo encarnado.
No se compara sin embargo a la visión de los bienaventurados porque en los profetas la verdad contemplada está lejos porque viviendo en el cuerpo peregrinamos lejos por más que en un momento hayan visto efectos de la verdad sobrenatural. Y más lejos si ha sido por figuras. La visión de Moisés así no excede la profecía por más que haya estado ante la divina esencia.
La profecía se ordena al conocimiento de la verdad divina por cuya contemplación no sólo somos instruidos en la fe sino gobernados en nuestras obras según el salmo: ENVÍA TU LUZ Y TU VERDAD: ELLAS ME GUIARÁN.
En la historia de Abraham tiene su comienzo perfecto pero que a Moisés se le vuelve plena en la revelación del nombre de Dios y en la época de la plenitud de la gracia final por la revelación de la TRINIDAD:
ID Y ENSEÑAD A TODOS, BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
¿Qué más?

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