sábado, 3 de agosto de 2013

EL SOSIEGO DE LA RAZÓN CONCEPTUAL TOMÁSICA

La revelación profética lleva consigo cuatro cosas:
Influencia de luz inteligible,
Impresión de especies inteligibles,
Ordenación de cosas imaginarias y expresión de formas sensibles. Pero no hay abstracción de los sentidos cuando se representa alguna cosas a la mente del profeta por especies sensibles sean formadas por Dios como la zarza ardiente, sea para significar algo proféticamente como el arca de Noé que significa la Iglesia. Ni tampoco a la inversa en el paso de lo inteligible a los sensible. Pero hay momentos en que el profeta es arrebatado con la imaginación como le sucedió a Pedro en su visión.
Pero los profetas no siempre conocen lo que profetizan como es el caso de Caifás. Porque la mente del profeta es un instrumento respecto del agente principal. Y es movida a hablar, a hacer y aprehender. A veces el protagonista lo entiende y otras no como le sucedió a los soldados con la túnica de Jesús. Y esto no es perfecta profecía sino instinto. Sin embargo la perfecta es deficiente como instrumento.

De aquí vamos a la división de la profecía. Tomás aburre a algunos con su  sistemática y a nosotros nos da sosiego: el de la razón CONCEPTUAL
La santidad se verifica en muchos carismas individuales y aquí en el del filósofo que lleva a su consumación la época media, sumiso a la sabiduría de la misma época y a su desarrollo que se inicia en la diferencia absoluta dada en el Uno Bien de Plotino, en la mente Trinitaria de Agustín o la Trinidad en la mente iluminada desde Juan. Tomás cierra con la ciencia de tal sabiduría que deja una impresión que mueve a la razón obediente a la fe. Fe porque el principio está "más allá de la razón"aunque no es repugnante a ella. 

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