El deseo de gloria es vano cuando son los hombres (seres de un día como los llama Ésquilo)quienes la dispensan y cuando quien la pretende la pone como fin último. El alma grande no busca lo suyo sino el bien donde el honor que alcanza por realizarlo lo tiene en poco. En cambio en la vanagloria se busca como valor la alabanza. Está en pecado mortal cuando se opone a la caridad para obtener honor en detrimento de la gloria de Dios. Ser santo para ser considerado tal, cuando es santo quien con esto hace que glorifiquen a Dios. El Padrenuestro dice: santificado sea tu nombre. Y San Pablo: quien se gloríe gloríese en el Señor como Jesús en el evangelio de Mateo: "para que viendo vuestras obras buenas glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".
La vanagloria es pecado capital porque origina otros vicios pero surge de la soberbia que es la reina de todos los vicios en cuanto ella es el apetito desordenado de excelencia.Como la gloria es la excelencia que muchos apetecen hay que determinar si es la que está en Dios o la de los hombres. De este deseo desordenado nacen muchos pecados.
Las hijas de la vanagloria son:
LA DESOBEDIENCIA, LA JACTANCIA, LA HIPOCRESÍA,
LA DISPUTA, LA PERTINACIA,LA DISCORDIA Y
EL AFÁN DE NOVEDADES
Como el fin de la vanagloria es la manifestación de la propia excelencia cuando se tiene de modo directo por medio de palabras tenemos LA JACTANCIA, cuando son hechos y dan lugar a la admiración por ser verdaderos entonces estamos en EL AFÁN DE NOVEDADES. Mas si son fingidos es HIPOCRESÍA.
Cuando uno quiere dar a conocer su propia excelencia de modo indirecto mostrando que en nada es inferior a otro si es en el entendimiento tenemos LA PERTINACIA donde el hombre se apoya en su parecer desechando el de quien es mejor.Si es en la voluntad surge LA DISCORDIA porque uno no quiere abandonar la propia voluntad concordando con la de los otros.Si es con palabras es CONTIENDA y es DESOBEDIENCIA si uno no quiere obedecer al superior.
Uno así se cree tan ilustre que no se somete y se despeña en el desorden del pecado que hoy se tiene precisamente por virtud. El mundo la avala. Jesús se lamenta de quienes reciben la gloria de los hombres y no de Dios.
Todo esto adopta la cultura posmoderna como bandera y borra así el sello de Dios en la creatura que es la persona, que da gloria a Dios reflejándolo. Mas el soberbio dijo: NO SERVIRÉ
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