A continuación de la caridad el sistema trata de las virtudes cardinales que son virtudes en especial con sus objetos propios. La prudencia es la cabeza de las virtude morales en cuanto es la recta razón de lo que ha de hacerse y rige en lo que ha de evitarse para obrar bien. Reside en el entendimiento mientras que las morales en la voluntad. Es un nexo en cuanto razón práctica entre las virtudes intelectuales y las morales y conoce lo universal para aplicarlo en lo singular de las acciones. Es la sabiduría para el hombre en sus acciones. Su mérito no consiste solo en la consieración sino en la aplicación a la obra, fin de la razón práctica. La importancia de alcanzar el fin hace que un defecto en esto sea pésimo.
Virtud que versa sobre los medios y depende del consejo. Advertimos la importancia suma en la vida como lo destaca en primer lugar el libro de los PROVERBIOS. Estamos anhelantes de su estudio y ejercicio para la santidad y la felicidad ya posible en el tránsito de esta vida donde se inicia la eternidad si despejamos los obstáculos que nos alejan del árbol de la vida.
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