El pecado es tan horrendo como la enfermedad. Una importa más inmediatamente el otro tiene un efecto invisible pero mas mortífero. La salud está dada en el alma por las virtudes. Estamos considerando en el sistema tomásico la virtud de las virtudes, la caridad y después de los actos internos y externos de la caridad tenemos a la vista los pecados como el odio, la acidia y la envidia. Los actos exteriores como la discordia, el cisma y ahora la guerra van tejiendo la malla de la moral. Es una carta de navegación que nos guía por el océano del ser hacia Dios.
Los escollos son la acidia contra el gozo del bien divino, la envidia contra el bien del prójimo (q35 y 36). La discordia en el corazón contra la paz y de palabra la porfía contenciosa (q37 y38). Ya contra la paz en el obrar tenemos el cisma, la guerra, riña y la sedición. Todos pecados que se comprueban a diario. Y contra la beneficencia tenemos las injusticias y el escándalo.
Finalmente están los preceptos de la caridad junto al don de sabiduría y su vicio opuesto: la necedad, llegando hasta la cuestión 46.
Hay que señalar que los pecados no son mañas o traumas psicológicos que puedan quitarse o desecharse como ideológicos o históricos. Son ausencia de las virtudes, en este caso de la caridad (núcleo de la gracia) que equivale a decir: del ser. Heidegger insinúa que el ser nos ha dado las espaldas hace mucho. Nosotros decimos que el Verbo del Ser hecho carne nos ha redimido haciéndonos ingresar en su naturaleza divina. La prescindencia de esta redención nos quita la caridad o sea el ser de Dios que gratuito se nos da. El pecado hace estragos de ese modo, la disfunción del Espíritu Santo que nos fue dado.
Por eso la cultura progresiva va dando de baja a los malos pero permanecen los males(Goethe) a los cuales entre otras ciencias mitiga con el psicoanálisis. Separados del ser estamos entregados al sistema de los entes cada vez más cerrado por el pensar técnico que satisface a un hombre que debe morir como tal según el pensamiento anárquico.
Buen momento para resucitar y conservar lo que ha sido si es que se ha de avanzar a lo nuevo dado de nuevo.
También Goethe dijo: hay que conquistar lo que se hereda. Nosotros el sistema completo de la filosofía del Aristóteles de la época media, recomendado aún por el Concilio VATICANO II (cf. Gravissimum momentum). Sistema que refleja en la razón la copia de lo que en el cielo ven y viven los bienaventurados, según Tomás en q1 ¡Es mucho lo que realiza! Y ASÍ LO SUPIMOS DESDE HACE TRES DÉCADAS LOS LOGOTECTÓNICOS.
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