PRECEDENCIA DE
LA VIDA ACTIVA O DE LA CONTEMPLATIVA.
Pero se plantea
si la vida contemplativa en tanto volcada a múltiples cosas cierra la
posibilidad de la quietud de la contemplativa.
En un primer aspecto es evidente que impide la vida contemplativa. Las obras exteriores lo impiden de suyo.
En un segundo aspecto la vida activa dirige y ordena las pasiones del alma y así favorece la contemplación.
Así con las buenas obras ya no se hace ningún mal al prójimo, lleva con paciencia el mal que a él se le hace y no está preso de los bienes, los cuales ya no le obstruyen el proceso de la contemplación. Es libre para vaciarse o vacar a la contemplación.
La vida activa así es anterior en su aparición pero la contemplativa lo es en esencia y la mueve y dirige.
La vida contemplativa se ordena al amor perfecto mientras que la activa a cualquier amor del prójimo. Se puede ingresar al cielo sin la contemplativa pero no sin la activa. De este modo ella precede a la contemplativa pero esta la dirige a su fin.
Los inclinados a las pasiones requieren la acción permanente y no soportan el ocio del pensamiento puro. Otros con pureza de espíritu se hacen aptos para el sosiego de la contemplación. Estos sufrirían con aquel activismo.
Pero dice Gregorio que el amor muchas veces los impulsa al trabajo y a aquellos el temor a la contemplación. Así se disponen para ella y los contemplativos de la activa regresan de su acción mejor preparados para la contemplación.
Así Tomás con delicadeza trata este tema crucial para la vida de los hombres que hoy parece haberse desbarrancado.
En un primer aspecto es evidente que impide la vida contemplativa. Las obras exteriores lo impiden de suyo.
En un segundo aspecto la vida activa dirige y ordena las pasiones del alma y así favorece la contemplación.
Así con las buenas obras ya no se hace ningún mal al prójimo, lleva con paciencia el mal que a él se le hace y no está preso de los bienes, los cuales ya no le obstruyen el proceso de la contemplación. Es libre para vaciarse o vacar a la contemplación.
La vida activa así es anterior en su aparición pero la contemplativa lo es en esencia y la mueve y dirige.
La vida contemplativa se ordena al amor perfecto mientras que la activa a cualquier amor del prójimo. Se puede ingresar al cielo sin la contemplativa pero no sin la activa. De este modo ella precede a la contemplativa pero esta la dirige a su fin.
Los inclinados a las pasiones requieren la acción permanente y no soportan el ocio del pensamiento puro. Otros con pureza de espíritu se hacen aptos para el sosiego de la contemplación. Estos sufrirían con aquel activismo.
Pero dice Gregorio que el amor muchas veces los impulsa al trabajo y a aquellos el temor a la contemplación. Así se disponen para ella y los contemplativos de la activa regresan de su acción mejor preparados para la contemplación.
Así Tomás con delicadeza trata este tema crucial para la vida de los hombres que hoy parece haberse desbarrancado.
errata: DEBE DECIR: PERO SI SE PLANTEA LA VIDA ACTIVA EN TANTO VOLCADA A MÚLTIPLES COSAS
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