Es ordenado sacerdote en 1901 y va a Marruecos donde comienza su ministerio: con los soldados Jesús estará “corporalmente” en donde nunca estuvo, es decir sacramentalmente. Su objetivo: adorar la Santa Eucaristía, perpetuamente expuesta en la soledad del claustro y en los países de misión en la pobreza del trabajo.
“Soy muy feliz” y las tristezas quedan detrás cuando se mira la Iglesia esposa de Cristo siempre joven y bella y la patria celestial donde seremos semejantes a Dios pues le veremos tal cual es. Uno querría, dice, ver las almas creer y amar, los pueblos sentados en la sombra de muerte abrir los ojos a la gran luz, pues la miseria de las creaturas no podría oscurecer en el alma la profunda felicidad, inmensa del Creador: uno le da gracias por su gloria, uno se regocija porque Dios es Dios.
El nuevo sacerdote ve pasado un año de su sacerdocio como un “paso a la eternidad” un simple momento. En navidad Jesús se pondrá en sus manos en el pesebre, ve todo como el santo convertido hacia y en el Evangelio ¡Creer con el don de inteligencia implica ver lo que dice el Evangelio cuyas palabras se imprimen en quienes las reciben adorantes (es su caso). Sabemos que las palabras de Dios se imprimen y se hacen obra en nosotros hombres de la EUDOKÍA, como dijeron los ángeles navideños. Cuando pulsamos el maus sobre un rectángulo que dice "publicar" se hace y cuando pulsamos sobre "enviar" se envía, así DIos dice y si aceptamos publicar se hace.
Desea él salvar las almas por la oblación del Santo sacrificio, por su presencia en el tabernáculo, por la plegaria, penitencia, buen ejemplo, santificación. Porque dice: “tal es el pastor, tal el pueblo” y “el bien que hace un alma está en razón directa de su espíritu interior”. Considera que la santificación de los pueblos de esta región está en sus manos: SERÁ SALVO el pueblo SI ÉL ES SANTO.
Hoy lo verían como “sacramentalista” y “personalista”. Pero “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” y “tenéis por fruto la santificación y por fin la vida eterna”.
Estamos siguiendo sus LETTRES ET CARNETS recogidos por Jean FranÇois Six.
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