martes, 13 de noviembre de 2012

LAS PARTES SUBJETIVAS DE LA TEMPLANZA

La honestidad es parte integral de la templanza en cambio la abstinencia es una parte subjetiva y por lo tanto es virtud que modera los placeres de la comida todo regulado conforme a la condición de la persona. Es virtud si mantiene en el medio virtuoso conforme a la razón. La cual impone abstención en la forma que conviene y así acrecienta la fuerza contra el vicio de la gula.
Luego el ayuno es acto de esta virtud, que se practica por tres fines: como sedante de la concupiscencia de la carne; para elevarse a contemplar verdades más altas y sublimes; para satisfacer por los pecados.
Llamamos gula al apetito desordenado de comer y beber que se opone a la virtud que expresa el orden. Y es pecado mortal en cuanto nos aparta del fin último dispuesto a despreciar el verdadero que es Dios, traspasando sus mandamientos para satisfacernos. Si no nos aparta del fin último el apaetito del placer entonces es venial. Pero ¡cuidado! porque es origen de otros pecados. El goloso se excede en la sustancia, en la cantidad, en el modo y en el tiempo según Isidoro. San Gregorio lo pone como vicio capital que es el que origin otros vicios: la alegría boba, la bufonería, inmundicia, locuacidad y ceguera mental. Porque dormido el capitán se sublevan los soldados.
Duele hablar de estas cosas en una época donde todo consiste en la exacerbación de los placeres por razones de mercado cuando el orden de la razón sin embargo marca lo contrario. Entonces florecen las dietas. Lo cierto es que la educación ni se mete en la ordenación interior del alma. Comienza por desconocerla. La templanza es una bendición para el hombre, como se puede ver. Y se adquiere por el ejercicio y por la gracia.

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