viernes, 3 de mayo de 2013

UN CLÁSICO PARA LA SANTIDAD

La soberbia es pecado mortal y es signo clarísimo de reprobación y la humildad de los elegidos. Hemos dicho: a mayor humildad mayor caridad que procede de Dios quIen encierra su predilección en los últimos y los hace primeros. Son los pobres de Espíritu o mejor dicho los mendigos, los que están vacíos y serán llenados. Y como la soberbia se opone a esto mata la caridad de la gracia.
La soberbia así es apostasía que se basa en sus propias fuerzas y en suprimir las sumisión. Si nos gloriamos, dice San Pablo, es con la medida con la que Dios nos mide. Negarse a esto es morir para recibir a Dios, es lo contrario del MAGNIFICAT que canta la ascención de los humildes y l hundimiento de los soberbios en su corazón.
A veces las virtudes son ocasión de soberbia porque una virtud puede ser causa de un vicio. La misma humildad puede serlo¡Tanta sutileza es la de la soberbia que se cuela por rmonjes que aspiran a la perfección y falsos santos! Podemos reconocerlos por los frutos.
Por eso es el pecado más grave porque nos hace despreciar a Dios no queriendo someterse a su ley. En cambio otros pecados lo hacen por ignorancia y flaqueza por querer otro bien . Los otros vicios nos alejan de Dios la soberbia nos opone a él.. Es pues el pecado más grave pues supera a los otros en aversión y encima acecha a las virtudes en sus obras buenas porque toda carne es paja como dijo Isaías.
La soberbia no por la conversión es el más grave, es decir por su objeto sino por la aversión que incluso agrava a los otros pecados, por ejemplo el de la infidelidad, que es menos grave si se tiene por ignorancia. Dios a veces permite la lujuria para despertar al orgulloso a fin de que humillado se levante.
Pecado mortal es el que mata de raíz la recepción de la gracia.

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