Es sublime porque procede de Dios mismo pero es movida por la voluntad de cada uno en cuanto acceda a la moción del Espíritu Santo. En esto hay mérito, de lo contrario sería un mero instrumento la voluntad humana que obraría desde el exterior. Y Él todo lo mueve con suavidad.
Requiere la voluntad buena una forma sobreañadida para realizar el acto del amor de caridad con el cual obre pronta y gozosamente. Así como somos buenos participando en la bondad divina e igualmente sabios así amamos al prójimo participando en la divina caridad causada eficientemente por Dios en el alma. Así la caridad es vida del alma como el alma es vida del cuerpo. Pero la caridad hace un efecto infinito al UNIR EL ALMA A DIOS, su autor, JUSTIFICÁNDOLA. Sin embargo es virtud que es elegida o que expresa una preferencia del acto humano en cuanto se ajusta a su debida regla: que ahora no es ya la razón sino Dios mismo. SER DE ACUERDO A DIOS. ESSE SECUNDUM DEUM: TAL ES LA CARITAS CREADA EN NOSOTROS.
Aunque la caridad sea creada en el alma es más digna que su sujeto en cuanto es participación del Espíritu Santo. El amor de caridad es el amor del bien que es el objeto de la bienaventuranza, la cual es el fin último de la vida humana, la bienaventuranza eterna. Por esto abarca el acto de toda la vida humana imperando todas las virtudes. Es virtud especial que manda sobre el fin de todas. Pablo a Timoteo (1Tm1,5): EL FIN DEL ANUNCIO ES LA CARIDAD. La caridad es el TELOS. Es decir el fin de los fines, lo que los hace ser fines. La ciencia por ejemplo es un fin noble si se ve en camino al amor de caridad, la cual es causada por Dios mismo para gozar de Él.
¡Y llaman amor a la pasión del hombre con exclusividad! Y con ello se pierde el hombre entre las cosas amadas y se ocultan las personas, las imágenes de la imagen del Padre, la filiación, la participación en el fin para el cual hemos sido hechos y en el el cual hemos sido hechos como lo revela el himno a los Colosenses ¿Qué merito hay en amar las cosas para las cuales encontramos deseos siempre vivos? La vida del alma es la caritas y la pasión dominante en el alma natural es el amor cuyo motor es el deseo. El alma puede estar muerta para lo espiritual y ser vida para lo corporal. No se diga que somos dualistas porque cuando decimos sí al Espíritu somos más unos que nunca. Y el Espíritu ingresa por la encarnación del Verbo que nos lo infunde ¡Es igual a nosotros menos en el pecado! EL AMOR DEL ESPIRITU ES ENTRE PERSONAS, el amor sensible es (muerto al Espíritu) entre cosas, asumido en él entre personas. Los ángeles que son incorpóreos sin embargo se cosificaron diciendo ¡nó! a la caritas como se expone en la primera parte del tratado de la creación. No es cuestión de dualismo, no metan en esto al digno Descartes.
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