El hecho insólito que el hombre Dios nos haya llamado amigos y que su amor sea la caridad o el perfecto amor de Dios nos pone ante tal ecuación: lo sublime de Dios lo que atañe a su ser: DIOS ES CARIDAD (AGAPO) se verifica en la para nosotros conocida e indispensable amistad.
Solamente nos resta saber lo que es amistad, cosa de la cual se ocupó Aristóteles en la Ética a Nicómaco ( y así podré despejar el misterio del ser de Dios: la caridad). Y la amistad es benevolencia, querer el bien de otro con reciprocidad. Ahora si existe tal querer también se requiere una comunicación del mismo bien, una realización de dicho querer. Y Dios que quiere este bien para nosotros puede y sabe comunicarlo, resta pues que nosotros le correspondamos. Hay un desnivel entre él y nosotros pero la amistad lo nivela cuando su voluntad ha querido que seamos amigos y no siervos según el evangelio de San Juan, capítulo 15. Esta comunicación, claro está, se hace según la mente según aquello de San Pablo: NUESTRA CONVERSACIÓN ESTÁ EN LOS CIELOS", comenzándose esto en esta vida. Ahora amo también a los enemigos en cuanto amo todo lo que es suyo, a todos sus hijos, por amarlo a él.
Así conocemos lo sublime, la caridad, por lo más cotidiano, la amistad. El método modesto tomásico sigue operando en la ciencia sagrada.
Debo advertir que el pecado de la presunción que estaba después de la desesperación y antes de la caridad fe incluído por error en otro blog, QUENOSHACEMASNACION. Los pecados opuestos a la esperanza están antes que la virtud de la caridad EN EL SISTEMA NECESARIO DE LA MORAL ESPECIAL QUE COMPLETA LA SEGUNDA PARTE DE LA SEGUNDA.
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