Los que dejan ingresar la duda dicen: "si Dios existiera no habría males, he aquí que rebalsan los males, luego Dios no existe". Precisamente es evidente la necesidad de probar metafísicamente su existencia con la modestia del método de una razón valorizada ya por las ciencias aristotélicas que él ha estudiado y que tutelada por la fe es capaz de delinear sus preámbulos. Los preámbulos de la fe están presupuestos a la misma como la gracia presupone la naturaleza a la cual perfecciona. Esto, que repite Tomás, muestra que la razón aristótélica está dentro del orden de la providencia como presupuesto y la destemplanza de Lutero y los católicos que hoy lo acompañan destruyendo el pasado está fuera de lugar hoy por más que hubieran motivos ya que no fundamento para la repulsa, siempre más fácil que la comprensión.
Así la ciencia sagrada ve la necesidad de anteponer al tratado de Dios Trino el de Dios uno y a éste las tan célebres como incomprendidas vías de la existencia. Nosotros nos regodeamos en la forma en que son expuestas y nos admiramos ante la necesidad lógica de las mismas que pondrán los pilares donde se vayan apoyando toda la construcción sistemática de la SUMA TEOLÓGICA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario