Tomás se apoya en Agustín que dice que esta ciencia, la sagrada (llamada teología, vemos sin embargo que Aristóteles la llamó especialmente así) hace engendrar una fe salubérrima y que en ella se nutre, se defiende se fortalece. Pero esta ciencia de la fe depende de principios que no ve ella misma sino que los recibe de otra superior, la ciencia de Dios (que poseen ya los bienaventurados), como la geometría y la música dependen de la aritmética.
Hay que acostumbrarse al saber logotectónico que respeta a la CIENCIA SAGRADA como ciencia y desacostumbrarse a la idea progresista de que ciencia es simplemente la que surge de Hume y Mill. El poder no hace a la verdad ni el número de los opinantes ni ahora el hecho descriptivo del continuuum o del progreso continuo. Si ahora se ha podido determinar el big bang que ha destronado el equilibrio supuesto del cosmos newtoniano, el cual parecía haber dejado a los anteriores como ignorantes, este parecer nos debe hacer más cautos en los juicios(para no llamarlos así a los modernos) cuando el cosmos detenido en la ley de gravitación parece un cuento de niños.
Esta ciencia no es progresiva porque depende de la ciencia de Dios que ha revelado al hombre lo que atañe a su salvación, es decir a su santificación, es decir a su filiación y esto no está sometido al progreso teológico: es tan hijo del Padre, Ireneo, Agustín, Anselmo, Tomás como Scheeben como cualquiera de nosotros. El Cura Brochero es santo con la misma santidad por más que se lo quiera asimilar a un gestionador hodierno.
Sin duda que esta ciencia de Dios depende de la palabra acreditada en las así llamadas desde siempre SAGRADAS ESCRITURAS (¡y hoy lo que vale es el LENGUAJE!). El libro de la sabiduría dice: "le dio la ciencia de los santos". Aunque sea como obra linguística multifacética tiene la razón formal del objeto que es ser revelada por Dios, ES UNA IMPRESIÓN DE LA CIENCIA DE DIOS QUE SIENDO UNO ABARCA TODO. Y así la ciencia es una.
Debemos pues acostumbrarnos a la justicia: si Newton descubrió la gravitación y era una ley fundamental del cosmos que no obstante estaba en feroz expansión, esto no estorbaba en modo alguno el saber que el hombre tenía y tiene de ser hijo de Dios creyéndole a Él mismo que lo reveló y lo estampó en la cruz por medio de algo que desde entonces se llamó AMOR INFINITO.
Y este saber está estampado (ya veremos cómo por palabra y realidad) a su vez en la mente del hombre que pudo realizar una ciencia derivada de esta nueva vida engendrada en él ¿Por qué le negaríamos a un Newton de la filosofía el honor que tuvo él? Tomás de Aquino tiene los merecimientos para construir tal ciencia sagrada, reconocidos por los custodios de la fe y por los filósofos equitativos.
Si Aristóteles construyó la ciencia de la sabiduría de las Musas y Hegel el sistema de las ciencias o FILOSOFÍA DEL ESPÍRITU del absoluto de la libertad, ¿por qué íba a quedar manca la Historia? Solo suponiendo la verdad indefinida del CONTINUO. Tomás de Aquino consumó la tarea de la razón conceptual o filosófica de la época a la cual le correspondió realizar la ciencia de la fe. Fe porque el principio es sobrerracional. Pero está en la PERSONA como don ¿Aquél mencionado por Heidegger acerca del pensar en lo que desde siempre y para siempre quiere ser pensado?
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