El estudio de las personas encuentra este lugar (q33) según el recto orden que exige comenzar por la persona del Padre, principio del Hijo y del Espíritu Santo. Principio quiere decir origen de la procesión, del ir hacia delante del ser que no ha surgido de la muerta abstracción sino de un real YO SOY.
No estamos ofreciendo ensayos de intelectuales de la nouvelle vogue sino señalando la correspondencia epocal (de 1300 años, que continúa por unos 700 años más) a una intervención real de quien ingresó en nuestro mundo histórico diciendo y haciendo y produciendo un claro en lo intrincado del follaje de las apariencias humanas. Todo menos una moda o un modo de comprender las cosas.
Qué es Dios se absolvió en la primera parte de la primera parte de la ciencia que corona la segunda época habida en la Filosofía (como en la primera Aristóteles y en la tercera Hegel, no nos cansamos de repetirlo porque es como alabar la Providencia en la Historia cuya estructura no es azarosa y como es racional luego es real y ha sido HISTORIA).
Quien es Dios se absuelve en la segunda parte de la primera y es precisamente la que trata de la trinidad exhaustivamente bien que breviter ac dilucide. La tercera de la primera es la consecuencia de ver intelectivamente al Dios creador de los seres.
Dios se revela a sí mismo como persona enviada por otra persona y persona enviante de otro Paráklito y es creador ad extra como es genitor ad intra y luego santificador ad intra de las almas.
La primera Persona es quien envía a la segunda Persona que es quien con la primera envían a la tercera Persona. La fe recibe esto como un hecho experiencial que pasa de obispo en obispo (un ejemplo: la secuencia: Juan estuvo junto a Jesús y aprendió a sus pies, Policarpo a los pies de Juan que vivió mucho, Ireneo aprendió a los pies suyos, Ireneo, quien escribió muchas páginas que pueden consultarse en la gran biblioteca patrística) por la imposición de manos y fueron suficientes los que vieron a Jesús resucitado y los que tuvieron la experiencia de la venida del Espíritu, que plenificaba a los vacíos y operaba en los sacramentos. Además y en consonancia con las vivencias de todos ellos, personajes históricos, fueron escritas las narraciones llamadas Evangelios y el Evangelio concedido a Pablo que escribió catorce epístolas. Además las cartas de algunos apóstoles que fueron admitidos en el así llamado Canon que cierra con el monumental APOCALIPSIS. Hubieron por supuesto muchos falsas narraciones y muchísimos herejes que giraron sobre el gozne de dos o tres herejías. Dios no quiso reformar el mundo tal cual surgió del pecado original sino engendrarnos, sin tocar el mundo, en una VIDA NUEVA ANÁLOGA A LA TRINIDAD: hizo brotar nuestras personas en el AGAPE.
Hurgar en estos textos fuera del contexto donde viven que es la tradición apostólica es una labor meramente histórica y doxográfica que depende con la intención que se realice pasa de ser intrascendente a debelante. Con seguridad que si alguien acude a ello con el fin de saciar su sed se transforma en aquel mencionado por el profeta Jeremías que deja la fuente de agua viva para recoger agua de cisternas o acueductos que intoxican.
Todo lo que expresamos aquí depende de la impresión que causan las palabras vivas del Verbo que era en el principio y que se define como un YO SOY que le habla a quien está dispuesto a recibirlo bien que preguntando: ¿Quién es Dios? Y en Espíritu y en Verdad recibe lo requerido. Nadie recibe que no necesita o que no sea mendigo según la primera bienaventuranza.
Así comienza el PARAÍSO RECUPERADO (título del poeta Milton, el célebre autor del PARAISO PERDIDO). Quien quiera experimentar que experimente, quien quiera ser santo que reciba y obedezca al que ofrece el agua viva.
La Ciencia Sagrada, como la llama Tomás, responde a la concepción intelectual de lo recibido según aquello de San Agustín: CREDO UT INTELLIGAM.
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