Las relaciones que hay en Dios no son un predicamento porque en Dios no hay accidente de relación ni de cualidad ni menos de cantidad: todo lo que hay en Dios es Dios, es su ser y nada se inhiere en él como el accidente en la sustancia. La relaciones son reales porque las procesiones son reales.
Todo lo que en la creatura tiene ser accidental trasladado a Dios tiene ser sustancial pues nada existe en Dios a manera de accidente en un sujeto (como se vio en las primeras cuestiones): cuanto hay en Él es su esencia. Por lo tanto la relación que hay en Dios tiene el ser de la esencia divina y se identifica totalmente con ella. Pues Dios es la suma simplicidad y la suma perfección que no tiene a quien ordenarse sino la nada. El es su ser y si se relaciona con otro permanece uno y Dios. Hay Trinidad real y realidad relativa que implica la oposición y por consiguiente se distinguen la relación de paternidad y filiación una de otra porque una procede de otra. Y ya sabemos que de ambos procede el Espíritu y esta se llama ESPIRACIÓN: ESTA RELACIÓN QUE PROCEDE SE LLAMA SIMPLEMENTE PROCESIÓN,no hay un nombre específico, así, hay dos procesiones y cuatro relaciones (q28a4) que lo son de ida y vuelta: del Padre al Hijo (paternidad) del Hijo al Padre (filiación), del Padre y del Hijo al Espíritu Santo (ESPIRACIÓN) y del Espíritu Santo a ambos(procesión). El Espíritu Santo que viene del Padre y del Hijo por modo de amor va hacia ambos, porque el amor es un ir hacia en cuanto quien ama está en su amado. Es decir que sale hacia Él y viene a Él.
Esta oposición personal nos pone ya en el momento de explicar las personas divinas.
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