Deploran modernos y posmodernos el engaño de los aborígenes que cambiaron el oro por dijes y trebejos, lo artificial por lo sustancial. Les dieron ellos el veneno de la moneda y se quedaron con algo inofensivo para quienes vivían en la economía real del trueque. Los vivos o despiertos que hasta hoy han provocado el diluvio que no se sabe detener que llaman capitalismo pero que en su fondo es liberación de las pasiones dirigido por el gran impulso del ELLO, estos hombres ilustrados canjearon el MISTERIO PLETÓRICO DE LA TRINIDAD por un Dios sin rostro o comodín para ese mundo en curso, que concluirá en la lógica muerte denunciada por Nietzsche en el ANTICRISTO.
Sí, porque el mismo Jesucristo transformado en el primer socialista terminará en ser un liberador perplejo de las estructuras, porque escúchenlo como el hecho insólito de los increíbles teólogos hodiernos (por más que es viejo): ¡no sabía que era Dios ni que iba a morir en la cruz! Bueno uno no sabe si reir o llorar pero sí comprende al punto que aquel canje después de la época media del DIOS TRINO por los vidriecitos de colores de los hombres bicéfalos, microcéfalos y cefalópodos (como decía con gracia mi maestro Juan Ramón Sepich) ha llegado a su estricta consecuencia: retroceder al Dios no revelado ni autorrevelado.
Esto despúes del olvido de la cercanía de las PERSONAS DIVINAS explicadas desde el ser subsistente por sí mismo (por el cual suspiraba Heidegger), tras la presencia de la intimidad de Dios en la mente, Personas o rostros, que son su ser infinito y uno que nos han hecho para sí, para la "conversación en los cielos": el Padre de Jesucristo que nos llamó amigos, pura cercanía, plena, hasta el extremo, Jesús Eucaristía, la segunda Persona transformada místicamente en pan y vino. Éste es el olvido del ser tan mencionado y aún bien desoído.
¿Será que esta cercanía y asistencia era mucho compromiso? ¿Qué consumiendo el pan de vida podíamos iniciar una conversación íntima con las Personas Divinas? Fue un hecho que cambiamos la TRINIDAD revelada y concebida por la filo-sofía de Agustín y Tomás por los vidriecitos coloreados de las opiniones modernas y posmodernas donde Dios acabó por morir o ser obstruído. Consecuencias a la vista.
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